Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea de hacer pan en casa y esta semana una amiga publicó en Facebook una receta del programa de Gordon Ramsay en el que hablaba de como preparar una focaccia. Y como tenía pendiente la asignatura de la panadería me lancé de cabeza.
La focaccia, u hogaza en italiano, es un plato típico de dicha gastronomía y guarda una especial relación con otro de sus platos icónicos, la pizza, de la que comparte la manera de hacer la masa. Cuando estuvimos en Roma tuvimos oportunidad de probar varios de estos panes y su sabor tan profundamente mediterráneo, a base de romero, aceituna y tomate junto con el sutil toque del aceite de oliva de la masa lo convierten en un aperitivo espectacular, así que, ¡ Manos a la masa !.
Ingredientes (para dos personas):
350 g de Harina de trigo
1/2 Cucharada de sal
Azúcar
Agua
15 g de Levadura de panadería
100 ml de aceite de oliva
100 g de Aceitunas negras
1 Tomate maduro
Romero
Albahaca
Orégano
100 gr de Queso tetilla
Nueces
Cebollino
Comenzamos cortando en trozos finos el tomate, los vertemos en una fuente pequeña para horno y los aderezamos con aceite de oliva, sal, azúcar, orégano y albahaca. Los confitaremos a 100º durante unos 20-30 minutos. Conviene no dejarlos muy hechos porque se también se harán durante la cocción del pan. Retiramos y apartamos.
Para nuestra focaccia vertemos la harina, la levadura y la sal en un bol y dejamos el espacio central libre, donde añadiremos el agua tibia y el aceite de oliva. Amasamos durante unos diez minutos sin apretar demasiado la masa. Cuando notemos que no se pega dejamos que fermente durante una hora y media cubriendo el bol con papel transparente. En este momento sacamos el queso tetilla del frigorífico para que vaya templándose.
Cuando notemos que la masa ha crecido hasta doblar su tamaño la retiramos y amasamos ligeramente. Preparamos unos trozos circulares de queso que habremos ablandado con la mano, les añadimos las nueces y el cebollino y formamos una especie de masa que recubriremos con el pan. Con las manos ligeramente húmedas sellamos bien y espolvoreamos un poco de harina.
Con la focaccia ya rellena echamos sal a una bandeja de horno y colocamos el tomate confitado, las aceitunas y el romero. Salpimentamos y echamos un chorrito de aceite de oliva. Precalentamos el horno a 200º e introducimos durante 30-35 minutos o hasta que estén crujientes.
Ya sólo queda servir en cuando estén templadas. Para esta ocasión las acompañé de unas ramas de cebollino y unas lonchas de cecina de vaca napada con aceite de oliva virgen Oro Bailén Reserva para terminar un plato de sabor totalmente mediterráneo.
Espero que os haya gustado, y... ¡Echadle fogones!
Espero que os haya gustado, y... ¡Echadle fogones!
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